Una banda que ha mantenido un perfil bajo en el ámbito del Metal, consideró que parte de ello es la inestabilidad en el seno de la banda, a pesar de ser una banda constante en producciónes discográficas, algo a destacar es que a estas alturas  el 60% del álbum ya había sido develado por medio de sencillos que estuvo lanzando en el transcurso del año pasado, por lo que ya no es tan sorprendente al haber fijado la línea de este trabajo con tantos adelantos.

Si tienes ganas de escuchar power metal y conocer nuevas bandas, te invito a que me sigas en este segmento, porque hoy hablaré de los españoles Haunted Gods. Es normal que el nombre del conjunto no te suene familiar, pues apenas está debutando y dando sus primeros pasos dentro del género, pero te prometo que después de leer esta reseña, los conocerás como la palma de tu mano. Primero que todo, vamos a introducirnos en su estilo musical, el cual posee rasgos melódicos y la influencia de bandas como Nightwish, sin tanto poderío sinfónico, o los Dark Moor de la época de Elisa C. Martin, pero si tanta velocidad. La parte vocal es otra cosa muy importante, porque aunque Txell, tiene un lindo y resplandeciente tono, a mí criterio le hace falta un poco de fuerza y energía, eso hace ver que este es si duda uno de los puntos débiles de Haunted Gods. 

Ahora que ya  tenemos una idea de cómo suena el debut de los españoles, les hablaré sobre las letras de este álbum conceptual, que cuenta una historia que intenta, de un modo sencillo y adaptado, representar la idea del viaje del héroe tal y como lo entiende Joseph Campbell, pero con algunas pequeñas modificaciones. 

De entrada, la protagonista, Phay, es una sacerdotisa en el Gran Templo de los dioses y es elegida, sin su consentimiento, para llevar a cabo una misión secreta para el sumo sacerdote. Éste quiere enviarla a liberar a los supuestos dioses del mal, encerrados largo tiempo atrás, para servir a sus ambiciosos propósitos. 

Phay logrará su propósito y de ahí se revelarán dos verdades: la ambición oscura del sumo sacerdote y que los dioses encadenados son, en realidad, los buenos. Ante el engaño y la nueva verdad la sacerdotisa cambiará de bando y buscará venganza, si bien terminará descubriendo que todo tiene un precio. 

El disco concluye tras una batalla decisiva en la que el bien sale victorioso, o eso parece. La protagonista, que ha ido adquiriendo un poder similar al de los dioses, parece tener dudas sobre el futuro, sobre sus actos, y en el último tema parece haberse desentendido del mundo por completo… Aunque sobre eso nadie puede estar seguro. 

El arranque del disco esta a cargo de la melódica "Ritual" dónde rápidamente notamos la calidad de los músicos españoles, aunque así estemos ante un tema sencillo de Power Metal, su emotivo estribillo se esparce con mucha magia, para atraparnos fácilmente. Con más intensidad "Descending" tiene un sonido más profundo, sobre todo cuando son interpretados   minuciosamente esos impecables coros. Todo un espectáculo musical basado en el sonido de los primeros discos de Nightwish. 

La tercera "Threshold" es más power metalera y cabalga con una atmósfera apasionante, llegando a sonar a los Dark Moor, de la época de Elisa C. Martin. Y las guitarras traslucen con un acto tan técnico como conmovedor. Con un sonido más elegante "Revelation" se presenta como una bonita composición, que avanza servida por unas melodías que afloran enseguida, dónde los teclados vuelven a ser el conducto para fortalecer el estribillo y las guitarras acompañando con unos arreglos sensibles. 

Seguimos avanzando y "Road Of Trials"  continúa con la alta dosis melódica, esta vez con un mayor protagonismo asentado en el teclado. Y la voz femenina , no es de las mejores, pero le hecha muchas ganas, para lograr asentar un tono atractivo y llegar a las notas que pide la composición. La que posee guitarras más potentes es "Evil Rise" uno de los temas más pesados del disco, dónde la melodía se esconde un poco, pues aquí presenciamos una envoltura rítmica imponente por parte de las guitarras y demás cuerdas pulsadas, así como por parte de Txell,  dentro de sus versos y sus impulsivos puentes.