Metalhead, es un largometraje íntimo y personal, con un ritmo muy europeo, pintado con los nórdicos colores de la Islandia más remota. Un placer a los sentidos que nos habla del miedo a enfrentarse a la vida y del miedo a enfrentarse a la muerte.
La película empieza con una escena en los idílicos y solitarios campos de Islandia. Hera y otros dos niños juegan cerca de una casa y al fondo, trabajando la tierra, está el hermano de la protagonista. El drama no se hacer esperar. Las imágenes siguientes golpean con honestidad, asentando la base que servirá para justificar los cambios que sufren Hera y su familia.
La historia no gira en torno al metal como podría parecer a simple vista, si no que el género sólo sirve de marco para contextualizar la trama.
La presencia de grupos como Led Zeppelin y Iron Maiden en pósters y vinilos se mezcla con una banda sonora de lujo a cargo de Judas Priest y Megadeth. Son los noventa en todo su esplendor.
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